Myspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter Graphics Myspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter Graphics Myspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter Graphics Myspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter Graphics Myspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter Graphics El té de las seis: I'll be the hero you're dreaming of

lunes, 20 de agosto de 2007

I'll be the hero you're dreaming of

(Enamoramientos inconclusos I. Ciclo Básico Común. Año 2002)

Yo me enamoro un promedio de dos veces por año. La misma cantidad de veces que me emborracho hasta arruinar.
Si soy novelera ahora a los veintitrés, entonces imagínense lo que fui durante mi adolescencia. Sí, me chorreaba miel.

El primer día de facultad me sentía rara. Soy de vivir algunos momentos de mi vida como si realmente fuese una novela. (Todo esto debería darme vergüenza, pero bueno, es un blog). Salí de mi casa temprano, con mis dieciocho años y los reflejos relucientes. Las dos cuadras que había caminado toda mi vida hasta el colegio, de repente se convirtieron en cinco sólo para llegar a la estación de tren. Y después venía el colectivo. Me sentía descolocada. Me preguntaba cómo sería no cursar nunca más con mis amigas. Tenía miedo a pesar de saber que nunca me costó relacionarme. La cantidad excesiva de gente me abrumaba.
Él habló durante toda la clase. Me di cuenta que le gustaba llamar la atención, hablar fuerte. Me empezó a gustar más o menos cuando terminó la primera oración. Obviamente en esa clase yo no fui una de las que habló delante de todos. Además de la vergüenza típica del primer día y de no conocer a nadie, me había inhibido lo inteligente que parecía ese chico. Decía cosas totalmente coherentes, pero que nunca me había puesto a pensar. Me hacía sentir tonta en algún punto. Terminada esa clase interminable, me dirigí sola a la parada (que raro y añejo se me hace cursar de día!). Él también subió al colectivo, se sentó al lado mío. Moría de ganas de hablarle, pero no lo hice. Apenas nos bajamos, en la misma parada, lo hizo él. Me dijo que se llamaba Diego. Nos dimos cuenta que íbamos a coincidir en más de una materia. Volvimos hablando todo el viaje, ininterrumpidamente. También bajaba en mi estación. Nos saludamos y fui a casa. Cuando llegué, en la radio sonaba fuerte The Glory of Love. Me hice el almuerzo (ahh, no daba mentir en el blog?) y me acosté a dormir la siesta.

La forma en que me sonrió me hizo pensar en él todo el día. Todo ese día, toda esa noche y el resto de los días de ese año, hasta que terminó el CBC...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

pero que suerte nenis! lo que recuerdo del primer dia del cbc es que alguien me gusto mucho (el profesor que tenia 23 años) y un año despues termino siendo el novio de una compañera mia (la cual decia: "no, maru, no me parece lindo ni ahi")---

saluditos!

Rubia Lulú dijo...

Buah, con mis últimos post-novelita de las 3 no puedo decir absolutamente nada.
Así que no diré nada.
Besos,
Lulú.

Aquarianne dijo...

Marinita: jaja no tuve suerte, nunca se me dio, soy demasiado tímida y se me pasó el año! ;-) Qué turra esa compañera! jaja

Lulú: jaja me parece muy bien q dejes q se me caiga la miel por todos lados ;-)

Besos a ambas!

MSF Traducciones dijo...

Es ENANOOOOOOOOOOO

Aquarianne dijo...

Che, más respeto con Diego!!!!

Y la cara de nabo a qué se debe? jaja