Same old song
(Vómito patético de una pelotuda, aquí. Fines de año)
Sábado, 11.45 am
Me despierta el ringtone de un sms. Antes de leerlo, me doy cuenta que me quedé terriblemente dormida. Tenía que encontrarme con las chicas para ir a comprar los pasajes para MDQ, a las 10. Me había acostado a las 7, supongo que no me daba la cabeza para poner el despertador, o que sí lo puse y simplemente no lo escuché. Les comento a las chicas mi situación y que en un rato las encuentro. Angie me dice que no me preocupe, ella compraría los míos, que me tome mi tiempo. Pienso en lo bien que la pasé anoche, en lo mucho que me divertí, en el departamento y después en el bar hasta que amaneció. Pienso que me conviene ir directo al club, las chicas deben estar terminando de comprar los pasajes. Me cambio, manoteo la bikini azul y tiro túnica, toalla y protectores dentro del Big-Love-Market (mi bolso de playa). Recuerdo que es sábado, por lo tanto Alfie está con Na, su otra madre. Bueno, paso por el cajero y me tomo un remise en la cochera donde guardo el auto. En la remisería está este tipo, el encargado, que siempre me saluda e intenta retenerme con charlas que no me interesan, a las que respondo con monosílabos mientras subo al auto lo más rápido que puedo. Debe tener, no se 40 ó 45 años, es pelado y tiene un bigotito horrendo a lo Adolf. No me gusta cómo me mira...
Aqua: Hola, qué tal... tenés un auto?
Adolf: Buen día! Cierto que esta mañana se lo llevó tu prima, la ví. Hay 5 ó 10 minutos de demora...
Aqua: Ah bueno, me lo mandás a mi casa cuando lo tengas?
Adolf: No, no para qué? Ya viene, esperalo acá.
Aqua: Ok
Adolf: (Mirando el Big-Love-Market) Qué van a comer de rico?
Aqua: (a ver tarado, no es la bolsa de los mandados) Emm no se, quizás hamburguesas a la parrilla. Qué hora es?
Adolf: 12.15. Volviste tarde anoche, no? (vale aclarar que en esta cochera son más chusmas que portero de edificio)
Aqua: (?) Si, si
Adolf: A donde fueron? Bah, a donde salís siempre? Qué lugares te gustan, a ver a donde te puedo invitar a salir...
Aqua: (???) Ehh no, no salgo mucho, pero...
Adolf: Si es que se te puede invitar a salir... No te ofendas, me gustaría. Capaz no podés, algún novio por ahi tal vez?...
Aqua: Claro, tal cual, ese es el problema. Algo así... (ay, sonó tan poco creíble que me doy pena. ¿Quién me cree? Jamás me ven con nadie, no saludo a un hombre hace siglos, no me registra ni el loro. Sáquenme de acá)
Adolf: Bueno, está bien, espero que no te moleste lo que te digo. (Agarra una tarjeta y escribe al dorso) Tomá, acá tenés mi número. Cualquier día, si estás aburrida o no, llamame y salimos.
Aqua: (Muda) Ja... Gracias... (Me extiende la mano y agarró la tarjeta que dice "Walter 15-****-****").
(Llega el remise y Aqua huye hacia la libertad. Fin)
Una vez dentro del auto, mientras el remisero me cuenta que vende mallas, me pongo a pensar una vez más en la situación incomodísima de recién. Y en mi mala suerte. Me dio una depresión casi potente. ¿Por qué nadie joven? ¿Por qué solo esta gente grande y desesperada se fija en mi? ¿Represento un manotazo de ahogado? ¿Por qué no le di el celular de mi Tia Betty?
Siempre experimenté una importante sequía, en lo que a hombres se refiere. Hombres de verdad, no pavadas de una noche que terminan en "Te llamo", de esos siempre hay a mares para cualquier mujer, por más bagarto que sea. Generalmente estuve tranquila, aunque últimamente el equilibrio cósmico no juega a mi favor. Y me están lloviendo este tipo de oportunidades. No las quiero, no quiero ninguna, quiero ir al Tibet y no ver a nadie. Los hombres me decepcionan todo el tiempo. Cada vez que le pongo fichas a uno en mi mente, es instantáneo que desaparece, o me desilusiona. Tengo miedo. Nunca me viene nada bueno. Curiosamente mientras estoy escribiendo esto me llega un sms de trampa. Ahora mismo siento que debería darme cuenta que no valgo nada. Que soy la última. Qué siempre voy a estar sola, porque soy una maldita forra, fea, gorda y porque la verdad no quiero llamar a hombres como P. y Walter.