You can leave your hat on (Sweet darling)

(Diciembre 2001. Calor, Colegio, Confirmación, Despreocupación, Felicidad)

La noche anterior nos habíamos acostado realmente tarde, después de El Bar. En ese entonces no había problemas para entrar a ningún lado siendo menores de edad. De todas formas ya teníamos diecisiete, no era para tanto. El mexican me había dado un beso y yo flotaba en mi nube de amor-platónico-unilateral-de-la-tele.
A la tarde me puse el uniforme con cierta melancolía, sabiendo que era la última vez que lo iba a usar (no tuve ni tengo intenciones de disfrazarme de colegiala hot). Tuvimos la misa, me entregaron el diploma, medalla por promedio superior a 9 (traga.com), medalla de compañerismo (cárguenme, pero esta fue la mejor), medalla de pasantías, medalla de retiros espirituales (?). Fuimos a bailar a Puente Mitre, en uniforme, en micro. Fue una de las noches en las que más bailé. Llegué a mi casa a las 9 am, me bañé y casi se me piantan un par de lágrimas por mi vida escolar totalmente finalizada. Qué cursi. Me sentí muy feliz amaneciendo a las cinco de la tarde, comiéndome cuatro tostados sellados de jamón, queso y tomate. Sabiendo que me esperaban unas vacaciones larguísimas y sintiendo la sensación placentera que da siempre el mes de diciembre...