Sick-sick-sick

(Mental Note: Cuidarme de mis propias frases, autoconvencimientos & presagios truchos)

Qué hermoso, que después de lo que escribí el domingo a la noche, haya intentado comenzar mi semana de buen humor y muy decidida a aplicar mucho autoconvencimiento, disfrutar las cosas simples de la vida... pero que suceda esto:

LUNES: Saturada de trabajo. Contesto mal a todos, no me puedo poner al día, pero trato de remontarla, y sobre todo de poner buena cara. Sin embargo, en medio de la oficina de Planeamiento, mientras hablaba lo más normal con el Gerente, me puse a llorar. Sin razón a la vista, pero sin parar. Cualquiera, me recibo de imbécil. Fui al baño y (como nunca) lleno de gente. Todas preguntándome, obvio. Deben creer que estoy desquiciada, nadie me estaba retando por algo ni marcándome mi atraso con las cosas. Se corrió el rumor rápido creo, porque hasta Kimberly me mandó un mail divino, lo cual me hizo sentir peor porque a la mañana la había tratado un poco mal. Pienso que hace mucho no lloraba y me rebalsó el lagrimal o algo así. Pero por el resto de la tarde se me hizo imposible mejorar mi ánimo...

MARTES: Me despierto a las 3 am, a las 4, a las 5. A cada rato, con una molestia enorme en la garganta, que definitivamente no me deja dormir. Hacia la mañana empeora, mucho. Me quiero matar por tener que faltar al trabajo, pero se que así no puedo ir. No falté ni una vez por enfermedad, en casi dos años que trabajo ahí. Me siento afiebrada. Todos saben cómo soy yo cuando me enfermo (in-so-por-ta-ble). Tengo más ganas de llorar, pero ahora claramente por el malestar físico. Porque si sigo así mañana dudo que pueda levantarme, dudo también que vaya a la facultad y especialmente al cumpleaños de una de mis amigas Fadu, al que íbamos a ir a festejar las cinco juntas después de cursar...

Esto no me gusta nada.