(One week ago)
Estaba entusiasmada por salir con Santi el viernes, pero unos minutos antes de la cita me vino cierto presentimiento que me quitó las ganas de ir. Fui igual. A los veinte minutos me di cuenta que no era para mi, y la hice durar menos de dos horas. Casi literalmente me escapé corriendo a mi casa, sin siquiera darle un beso. Media hora después salí con La-Especie-Menor, la pasé súper bien, pero a las dos horas volví a mi casa con unas ganas inmensas de abrazarme a mi oveja o a mis amigas y cero ganas de pensar en hombres por un largo tiempo.
Me di cuenta que Santi es demasiado parecido a mi Papá, y si bien siempre sostuve que mi Papá es el hombre ideal (y lo sigo pensando), lo es para ser mi padre y punto. No quiero salir con él, definitivamente. El otro es impresentable, siempre lo supe, pero me trae recuerdos de unos veranos geniales y a veces me divierto mucho. Y suponiendo que no tuviera novia, tampoco pensaría jamás en salir con él. Men, I quit (Chapter XVIII).
Amo las revelaciones. Esta semana la oveja duerme conmigo.